Cartagena tiene 3.000 años. Y tres mil años de historia dan para mucho, tanto como para que dicha historia se mezcle con la leyenda y la mitología, sin poder separar de forma clara una cosa y la otra.
Para empezar, y estamos en el pantanoso terreno de la leyenda, hemos de remontarnos a Troya. La de los famosos Ulises, Aquiles, Héctor, Paris, Helena, etc. Y sin olvidarnos del caballo. De allí, de Troya, salió también, tras su destrucción, Eneas, el protagonista de La Eneida (que me la tuve que leer para hacer un trabajo en el bachillerato y todavía escuece). Según cuentan, Eneas jugó luego un papel importante en la fundación de Roma. Además tuvo relaciones amorosas con la princesa Elyssa. Y no me extiendo más porque la leyenda-mitología-historia es un culebrón infinito, que a mí me gusta mucho, pero que no es el objetivo de esta entrada del blog. Solamente hago referencias a estos personajes porque aunque en la Eneida aparecen juntos, seguramente no pudo ser así porque hay unas diferencias de unos cientos de años entre la guerra de Troya y el comienzo del viaje de Elyssa, que es quien en realidad nos interesa.
