La pesadilla de Astérix

Según cuentan, los galos sólo temían a que el cielo cayera sobre sus cabezas. Al menos eso he leído siempre en los cómics de Astérix.

Aquel día, hace ya unos meses, cuando todavía me gustaba pasear por la calle porque no había que llevar bozal, bajo el Gran Hotel de Cartagena, al mirar hacia arriba, eso es lo que me temí, que el cielo cayera sobre mi cabeza, pero no, al final no cayó el cielo… ni una gota tampoco.

Esa silueta…

«Reconocería esa silueta en cualquier parte», dice Bert, el deshollinador cuando la sombra de Mary Poppins se proyecta en el suelo donde está dibujando.

A mí me ocurre igual con esa silueta que se proyectaba en el edificio de enfrente. Podría reconocerla en cualquier lugar.

Silueta del Ayuntamiento de Cartagena

Desde El Molinete, con amor

También podría titular «Desde el monte de la Ciudadela de Asdrúbal» (Mons Arx Asdrubalis). En él construyó su palacio Asdrúbal el Bello, y es una de las Cinco Colinas de Cartagena.

Otra de las colinas es la que se ve al fondo, se llama Monte de Eshmún o de Asclepio (Mons Asclepii), donde se edificó un templo a Esculapio. Ahora se llama Monte de la Concepción, aunque también hay quien le llama Cherrosenizo. Otros le llamamos todavía «El Castillo de los Patos«.

¡¡Cuantos nombres ¿verdad?! Es lo que tiene contar ya tres mil años de historia.

Calle La Mancha

Las fotos hechas con el móvil no son las más deseables, tanto por la calidad como por el formato, pero hay ocasiones que no hay que dejar escapar.

En realidad no es la calle La Mancha, pero debería serlo.

Iba con mi mujer por la calle Tierno Galván, en Cartagena, y lo vi allá al fondo, recortándose contra el cielo temprano, y me sentí Don Quijote ante un gigante.

Tampoco es un molino propio de La Mancha, sino uno típico del campo de Cartagena, especie singular y única en España. Dicen que lo más parecido se encuentra en la isla griega de Mikonos, no sé si será verdad.

El caso es que por unos momentos me volví el caballero de la triste figura, pero no lanza en ristre, sino con móvil.

Un libro sobre pecados

Recibí ayer un libro de José Javier Esparza titulado «Los ocho pecados capitales del arte contemporáneo» y me acordé de esta foto que tomé hace unos días en una plaza de mi ciudad. La Plaza del Rey, concretamente.

Obviamente, no he leído aún el libro, pero estoy seguro de que esta creación atenta contra uno o varios de esos supuestos pecados. Lo comprobaré.

Calle del Conducto, donde tanto trabajé

Calle del Conducto, versión añeja.

No lo han pillao con el carrito del helao, sino con el de las chuches.

Tengo especial cariño a esta calle ya que la visitaba casi a diario durante una parte de mi vida, cuando trabajaba para Publicidad Cros, que entonces tenía allí su domicilio.

Origen del nombre de Calle del Conducto

Tomó su nombre por un conducto que recogía las aguas procedentes de la calle Santa Florentina, que entonces era una rambla (y que a su vez recogía las aguas procedentes de la Serreta) y las vertía en la calle Real.

Dársena de botes, terreno ganado al mar

Ganado al mar.

«Estoy tan acostumbrado a perder que cuando gano me cabreo», repite a menudo un buen amigo.

Se refiere, sobre todo, al fútbol, a nuestro desafortunado equipo el Efesé, que acumula tantos infortunios o más que el «pupas» Atlético de Madrid, aunque no seamos tan famosos.

La frase la hace extensiva mi amigo a otras pérdidas que atañan a la ciudad en general, porque también pierde, perdemos todos, con bastante frecuencia.

Algunas veces, claro, también ganamos, aunque sea al mar.

Dársena de botes antigua.

Seguir leyendo «Dársena de botes, terreno ganado al mar»

Adarve, sabor añejo

Adarve, una calle con sabor añejo

Calle Adarve

Adarve, palabra de origen árabe, significa «protección, defensa, muro de una fortaleza», y esta calle tomó ese nombre ya que parte de ella la formaba la muralla que protegía a Cartagena.

Una calle pequeña pero cargada de historia

Tiene historia por todas partes rodeándola: , aquí lo puedes comprobar.   

Y aquí también, en este artículo de La Opinión.

Si las fuentes hablaran

Si las fuentes hablaran, esta cartagenera fuente de la calle Real nos diría que va necesitando un poquito de atención.

La instaló la Armada Española (entonces llamada Marina de Guerra) hace 221 años y  el Ayuntamiento, que es su propietario desde entonces, sólo le ha hecho caso en dos ocasiones. La primera fue cuando el famoso e ilustre alcalde Alfonso Torres la decoró con los azulejos que la rodean y la segunda cuando el cantonal Antonio Vallejo la restauró hace 29 años que se cumplen  ahora exactamente, en Febrero.

Fuente calle real
Fuente Calle Real – Cartagena

Si las fuentes hablaran, digo, ésta nos diría que no tenemos vergüenza por no cuidar mejor nuestro patrimonio.  Pero como no hablan, se limita a seguir callando y echar sus tímidos chorrillos que, puestos a imaginar, parecen lágrimas de tristeza.

Calle Faquineto de Cartagena, con sonido italiano

Calle Faquineto

Debe su nombre a varios marinos de la Armada Española que tenían ese apellido, Faquineto, de origen italiano, y seguramente emparentados entre sí, que vivieron en ella.

De origen italiano

Seguir leyendo «Calle Faquineto de Cartagena, con sonido italiano»