A Víctor Fernández, «El Chingu», jugador y luego entrenador del Cartagena, tuve la oportunidad de hacerle varias caricaturas.
Una de las caricaturas
Incluso de hacerle entrega de una de ellas, enmarcada, como homenaje. Y mi hijo le hizo otra y también le hizo entrega de ella en un acto íntimo, en un restaurante.
Víctor, entre mi hijo y yo, sosteniendo otras dos caricaturas
Incluso le llegué a hacer su horóscopo, explicárselo y entregárselo, en otra ocasión, en el Restaurante Sacromonte, junto a unas cervezas.
Cartagena de Levante 