Si se tratase de aire, de viento… podría haberse llamado calle del correntín, para decirlo de forma muy cartagenera, pero no. No viene de ahí su nombre, sino de Ayre.
Y Ayre era el apellido de D. Antonio, un directivo del Hospital de Galeras, querido en la ciudad y que vivía allí a mediados del siglo XVIII. Ese fue el nombre que le puso el pueblo a aquella vía: la calle del Ayre.



Y no será porque no ha tenido otros que podrían haber cuajado, pero no fue así. Se llamó calle de Santa María de Gracia porque estaba allí la ermita del mismo nombre; hoy es una señora iglesia arciprestal.
Y también se llamó calle Granero, tomando el nombre de los almacenes de cereales del obispo, donde guardaba el fruto del diezmo, o sea, el impuesto que pasaba a la población, consistente en el diez por ciento de sus ganancias. La cosa viene de lejos.
Fallido fue también el intento de 1810 de llamarla calle de Pí y Margall. No hubo forma. A la gente le gustaba calle del Ayre, y con Aire se ha quedado.
Y como cada uno tiene sus manías y la mía es la de fotografiar un mismo lugar en diferentes épocas, también lo hice en la calle del Aire en 1990, 205 y 2013. Aquí están.


Puede que lo siga haciendo.