Apeadero de Barrio de Peral

El apeadero de Barrio de Peral

No era una estación; era, como su nombre indica, un apeadero. Un lugar para bajarse del tren antes de llegar a Cartagena o para tomarlo, al poco de haber salido de la ciudad trimilenaria.

Es un lugar al que le tengo especial cariño. Mi calle daba por un extremo a él y allí, en la plaza que había a sus espaldas, he jugado mucho al fútbol.

También allí me fastidié el menisco, pero pelillos a la mar.

Inauguración del apeadero

Tuvo su época de vigencia, claro, pero no le recuerdo nunca una intensa actividad. Quizás al principio, no lo sé.

Paso a nivel Barrio de Peral – 1973

Lo que sí sé es que su existencia estuvo vinculada al paso a nivel situado a unos cientos de metros de él, en dirección a Cartagena. Aquel maldito paso a nivel, que dio muchos sustos hasta que un día dio algo más.

Un punto negro en la red de ferrocarriles

Eso fue  el accidente ocurrido el 21 de Noviembre de 1979   En él falleció, además de otras cinco personas, mi amigo y compañero de trabajo Enrique López Belmonte, persona bien conocida en Cartagena por ser fundador y alma mater del equipo de fútbol E.F. Esperanza.

Desde que tuvo lugar la tragedia se hizo aún más patente el despropósito de aquella vía de tren atravesando la población y repercutió, como no, también en el apeadero.

Último tren a su paso por Barrio de Peral: 21 Noviembre 1998
Decadencia y cierre del Apeadero de Barrio de Peral

Todavía pasó mucho tiempo en que estuvo presente aquel peligro, pese a las protestas vecinales, hasta que el día 21 de Noviembre de 1998, justo 19 años después de aquel luctuoso hecho, pasó el último tren por el Barrio de Peral.

El apeadero, cerrado y deteriorado.

El apeadero cerró bastante antes que el paso a nivel. Los trenes ya no paraban allí, y se fue deteriorando.

Vías fuera. Vía verde de Barrio de Peral

Finalmente, también se eliminaron las vías del tren y aquello se convirtió en una vía verde para uso y disfrute de los vecinos.

¿Barrio de Peral o Los Molinos?

Barrio de Peral o Los Molinos

Siempre ha habido, desde que me reconozco, esa pequeña, pequeñísima discusión en cuanto a cómo llamar al Barrio de Peral, que es su nombre oficial.  Ya que muchas veces se dice, yo también lo hago y soy de allí, Los Molinos.

Alguna explicación ha de haber a eso. Y la hay, claro. Aquí está:

«A principios del siglo XIX en este paraje nació y creció la aldea de «Los Molinos de Ribera», apellido del molinero, denominada popularmente «Los Molinos».

El día 21 de Diciembre de 1.889 el Ayuntamiento de Cartagena adjudicó a este núcleo urbano el nombre de «Barrio de Peral» en homenaje a nuestro ilustre paisano Isaac Peral y Caballero, inventor del Submarino.»

Hoy cumple 128 años el Barrio de Peral

Bueno, pues queda claro. Eran Los Molinos de Ribera y pasó a llamarse Barrio de Peral, hace hoy 128 años, los mismos que llevamos dudando en llamarlo de una forma o la otra, aunque poco a poco se va disipando el recuerdo de aquellos molinos del Sr. Ribera.

¿Barrio del peral?…. ¡por favor!

Por cierto, qué triste es ver de vez en cuando que algún mangurrián dice, e incluso escribe, «Barrio del peral«. Seguramente, ese asilvestrado piensa que se refiere al simpático árbol frutal e ignora quién fue Don Isaac Peral y Caballero.

Y no me refiero a gente foránea, en cuyo caso estaría justificado, sino cebollinos de aquí, autóctonos, porque lerdos también tenemos aquí, por supuesto.

Calle de Juan Fernández, marinero y descubridor

La calle de Juan Fernández es una de las más largas y populosas de Cartagena y, además, era una de las que soportaban mayor intensidad de tráfico rodado debido a que era casi la única vía posible para el desplazamiento desde el casco viejo de Cartagena en dirección hacia el Barrio de Peral, La Palma, Las Tejeras, La Puebla y, partir del importante cruce de caminos existente en La Palma, una vía rápida de desplazamiento para trasladarse a Cabo de Palos, La Manga, Pozo Estrecho, Torre Pacheco y otros lugares de toda esa poblada y congestionada zona. Hoy, con la creación de nuevas vías que circundan Cartagena, ese tráfico se ha aliviado.

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Año 1992 – Zona Franciscanos

La calle de Juan Fernández  quedó proyectada como tal en los planes urbanísticos municipales de principios del siglo XX. En sus orígenes no se le adjudicó nombre alguno que la identificara. Únicamente, en los planos de la llamada Zona de Ensanche se le adjudicó el de “Calle nº 16”. En realidad era la carretera que unía el Paseo de Alfonso XIII con el Barrio de Los Molinos o Barrio de Peral, y dicha carretera discurría por campos desiertos de viviendas y cubiertos por grandes extensiones de juncos, ya que por aquellos años el suelo todavía era en cierto modo pantanoso e insalubre debido a que eran terrenos cubiertos con escombros y otros vertidos que terminaron por cegar lo que fue el mar interior de la vieja Carthago Nova, o mar de Mandarache.

Finalmente todo aquello empezó a poblarse, empezando precisamente por la zona más alejada del casco urbano de Cartagena. En el año 1946 se abrió allí un campo de deportes y recreo que, aún siendo propiedad de la Armada Española (Marina de Guerra en aquellos tiempo políticamente incorrectos) fue cedido por esta a la Empresa Nacional Bazán (hoy Navantia) para el personal de su factoría. Allí tuvo su sede el C.D. Naval, y junto al campo de fútbol se habilitaron pistas de tenis, baloncesto, bolos cartageneros y otras instalaciones deportivas.

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Escudo del C.D. Naval

Fue muy importante el Cine de Verano (cuya entrada costaba una peseta) en el que una vez terminadas las películas se celebraban bailes. También se hacían verbenas con sus tómbolas, y se traían compañías de zarzuelas y espectáculos de variedades. Al Campo de Los Juncos y en las noches de verano acudían muchos cientos de cartageneros, cuando aún no había llegado a estas tierras ese invento diabólico llamado televisión.

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Cine de verano de Los Juncos

Poco después, la calle Juan Fernández se vio animada con la edificación de la Barriada de Los Juncos, conocida popularmente como “Las Casas de Corea”, modernos bloques de viviendas (bueno, modernos entonces) construidos por la Empresa Nacional Bazán para su personal.

Barriada Bazán – «Casas de Corea»

En el año 1955 los Padres Franciscanos abrieron un gran colegio que abarca una manzana completa. Se denomina Colegio de la Inmaculada Concepción y en sus orígenes fue para varones solamente, aunque luego pasó a ser mixto.

El día 15 de enero de 1967 se colocó la primera piedra de la nueva parroquia puesta bajo la advocación del cartagenero San Fulgencio. Se trata de un gran templo, de considerables dimensiones.

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San Fulgencio – Celebración de misa, antes incluso de la construcción del templo

A la mitad de la calle se encuentra el Hogar del Pensionista, lugar de encuentro en el que nuestros mayores gozan de mutua compañía. En los últimos años y, pese  a que a la altura del Campo de Los Juncos, la zona sufría periódicas inundaciones, la calle Juan Fernández se fue desarrollando grandemente, tanto en la confluencia con las Calles Reina Victoria Eugenia (aunque el Eugenia nos los comemos los cartageneros), Pintor Balaca y Jiménez de la Espada, como allá arribota, donde está el Club Naval de Cabos y los grandes bloques de la firma Urbincasa. Finalmente el Campo de los Juncos fue cedido al Ayuntamiento y se transformó en el hermoso Parque de Los Juncos, lugar de disfrute público.

Parque de Los Juncos

Toda la calle es eminentemente comercial y por ella circulan varias líneas de autobuses, causa por la que está eminentemente comunicada con muchos lugares de Cartagena.

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Comienzo de Juan Fernández – Mercado Santa Florentina – Año 1992

El nombre de la calle Juan Fernández corresponde a un paisano nuestro, marino de profesión, que navegó por las aguas del Océano Pacífico en unos tiempos (siglo XVI) en que aquellos desconocidos mares y archipiélagos eran una atractiva aventura para las gentes inquietas y amantes de los grandes descubrimientos. Si quieres conocer algo más de él, ya le dediqué una entrada que puedes encontrar aquí.