No entiendo de meteorología. Mejor dijo, no entiendo de meteorología tampoco. Mi única conexión con esta ciencia son los dolores que me produce la artritis cuando va a cambiar el tiempo, y fallan mucho las predicciones además porque también me duele cuando no va a cambiar. Soy tan poco meteorólogo que por no tener, no he tenido nunca ni una nube en un ojo.
El Roldán con montera – Fotaza gentileza de Pencho Angosto, amigo y compañero.
Y sin embargo, pese a mis nulos conocimientos en el arte de actuales estrellas como Mario Picazo o Jacob Petrus, ya retiradas como José Antonio Maldonado o Paco Montesdeoca, o bien históricas y míticas como Mariano Medina, estoy en condiciones de afirmar que eso de que “el Roldán con montera, agua espera”, es mentira. Una mentira amable y graciosa, pero mentira.
Ya dije que no entiendo de meteorología tampoco. El “tampoco” es porque no entiendo de casi nada, y en el saco de mi ignorancia también se incluye la geología, la orografía, la petrología y muchas más. Sin embargo, sí que tengo dotes de observación, me gusta fijarme mucho en las cosas. Y así, fijándome, sé que el Roldán, con sus 490 metros de altura, es una de las montañas más significativas de Cartagena, visible casi desde todos los puntos de nuestra ciudad y comarca, desde el interior y desde el mar.
El pico Roldán, 490 metros sobre el nivel del mar.
El Roldán tiene una forma, una silueta, que es familiar a todos los cartageneros y aunque son muchas sus colinas, cerros, montañas y montes, que de todo hay, los que forman el paisaje cartagenero, quizás por su altura, quizás por su visibilidad, ha hecho que sea un poquito más popular que otras.

Por la cara del Roldán que da al mar trepa a veces la boria, término cartagenero para la niebla, y que es una derivación o una corrupción del catalán boira, y luego esa boria desciende por la otra ladera hacia los campos, o bien se queda estancada en la cima por razón de vientos, diferencias de temperatura u otras razones que se escapan a mi desconocimiento meteorológico en el que ya no pienso insistir más.

La boria, decía, a veces se queda sobre la cima del Roldán, esa es su “montera”. Y hay dos refranes populares asociados a ella, uno corto y otro largo. El corto, lo cité al principio “El Roldán con montera, agua espera”. El largo dice “Si el Roldán tiene montera, llueve en Cartagena, quiera Dios o no quiera”. Y son falsos, corto o largo.
Cuando el Roldán tiene montera, a lo mejor llueve… o a lo peor no (porque aquí siempre hace falta agua). Ocurre como con mis rodillas, que cuando me duelen, a veces es porque va a llover y otras no cae una gota.
El Roldán sigue luego más allá en dirección oeste, como se ve en la fotografía siguiente, por Collado Roldán, Cerro de la Estrella, Puntal del Moco, baja hasta la playa de El Portús y luego vuelve a trepar en dirección a La Muela, que esa sí que tiene una altura mayor que él (546 metros) aunque no tanto como Peñas Blancas, que es el techo de Cartagena, con 625 metros sobre el nivel del mar.

Cerro de la Estrella, Puntal del Moco, El Portús, etc.
Ya saben, cuando el Roldán tiene montera, agua espera. Aunque a veces se pasa meses esperando a esa lluvia.
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