El nombre original fue “Calle del caballero” pero no se refería a ningún personaje montado a caballo ni alguien distinguido. En realidad no se refería a nadie, sino a algo.
Cuando ni siquiera había calle allí, lo que sí había era un “caballero” pero con el significado que tiene en la construcción militar, es decir, según la RAE, una obra de fortificación defensiva, interior y bastante elevada sobre otras de una plaza, para mejor protegerlas con sus fuegos o dominarlas si las ocupase el enemigo.
Luego, la ciudad se fue ampliando fuera de las murallas y la calle que allí se formó tomó el nombre del caballero, que luego desapareció aunque se mantuvo el nombre en la calle.

El Ayuntamiento, como todos hacen, le cambió el nombre varias veces y se llamó del Teniente Pallarés allá por los años 20 del pasado siglo, pero no tuvo éxito y las gentes de Cartagena siguieron llamándola con su nombre original. Si no puedes vencer a tu enemigo alíate a él pensó el consistorio y volvió a renombrarla aunque en el camino perdió el “del” y se quedó en Calle Caballero pelado, que es como se le conoce todavía.
En 1972 se convirtió en calle salón y ha conocido épocas mejores que la actual, como es fácil comprobar por las fotos tomadas en diferentes años y desde el mismo ángulo.

Su degradación es evidente y por ahora no hay síntomas de regeneración.