Presupuesto escaso, fichajes a última hora, directiva novata, renovación total de la plantilla,… razones que expliquen el pobre juego del Efesé hay muchas, pero el chivo expiatorio siempre suele ser el mismo: el entrenador. Y en él, Julio Ribas «El Gladiador», es a donde están ahora apuntando todas las recortadas de la Efesemanía.

Ojalá veamos a un gladiador comer turrones. Sería señal de que las cosas han ido a mejor. El tiempo lo dirá, pero lo dirá pronto, porque en estas cosas futboleras hay poca paciencia.