Mi hijo no nació con la revista El Jueves bajo el brazo, pero casi. Y si no ocurrió fue por culpa de ellos, de El Jueves, porque nació unos meses después de mi primogénito, “Jate”.

En mi casa siempre estuvo El Jueves, así como El Papus, Barrabás, Por Favor, Hermano Lobo… y antes fue La Codorniz, coexistiendo pacíficamente con Pulgarcito, Gran Pulgarcito, Mortadelo, Din Dan, DDT y otros de la familia catalana Bruguera. A esa convivencia se sumaban los de la escuela valenciana, y así pululaban por allí el TBO, Jaimito, Pumby, El Cachorro, Pantera Negra primero y Pequeño Pantera Negra después. Y además de El Cosaco Verde, El Teniente Negro, Tamar, Olimán, El Coloso, y muchos más, destacaban El Jabato y, por encima de todos, El Capitán Trueno. Un superhéroe sin superpoderes, pero con el poder de haber llegado a la actualidad, manteniéndose amorosamente encuadernado en mi biblioteca. Allí está entre Mortadelo, Astérix, El pequeño Spirou, otros y… El Jueves.

Y hablo de mis tebeos porque eran el caldo de cultivo, preparado para que mi hijo se aficionara a los tebeos. Y no sólo a leerlos, porque también me veía dibujar a mí y eso, supongo, le despertaría el gusanillo o le removería los genes, si es que los genes se remueven. O qué sé yo. El caso es que pronto agarró lápices y en la guardería ya empezó a llamar la atención de la Srta. Justi por sus dibujos.

Lo que empezó así, siguió en trabajos variados, fanzines, encargos personales, periódicos digitales, blogs y más blogs… y llegó a la revista El Jueves.

Aunque dibujantes de cómic cartageneros los ha habido y los hay, y buenos, si mi memoria no me falla, desde el gran Martz Schmidt (Doctor Cataplasma, Profesor Tragacanto, Sheriff Chiquito, Deliranta Rococó, Camelio Majareto, Troglodito, La pandilla Cu-Cux-Plaf, etc.) es el siguiente cartagenero que dibuja en una publicación en papel de esta categoría.
Y el que sea él me llena de orgullo (y satisfacción, jejeje). Como padre, como dibujante y como cartagenero.

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