No existe tal dragón del Mar Menor, por supuesto que no.
Se trata de una simple fantasía que tengo desde pequeño y que no quería que desapareciese conmigo cuando ya no esté yo. Se trata de unos cerros o «cabezos» situados junto a Los Belones, camino de La Manga. Concretamente son el Cabezo de La Fuente, de 336 metros de altura y el Cabezo de Hornos, de 283 metros de altitud. Están separados por la Rambla de Cobaticas y forman parte de la cordillera Bética, que viene desde Andalucía y que va disminuyendo de altura hasta perderse en el Mediterráneo. El Cabo de Palos y luego los islotes de La Hormiga, el Farallón, etc. son los últimos vestigios de dicha cordillera antes de hundirse definitivamente en el agua.

Estos cerros tienen yacimientos arqueológicos y, si no estoy mal informado, en el de La Fuente hay un asentamiento neolítico y otro ibero, a diferentes alturas. Vistos desde la altura no recuerdan en nada a un lagarto ni dragón alguno, y mirados desde diferentes direcciones tampo, pero… vistos desde el oeste, a mí siempre me han parecido un gran lagarto o cocodrilo agazapado, acechando a los caminantes no avisados.

Para aquellos que no son capaces de distinguir al saurio que hay bajo las rocas y árboles, hice un pequeño retoque a la foto y espero que así sea más fácil de distinguir.

Cada vez que voy de Cartagena a La Manga, algo que ocurre muy a menudo, veo allá al fondo al «dragón», y como yo no soy San Jorge y no tiene nada que temer de mí, me parece que me guiña un ojo con simpatía y me saluda al pasar. Así viene siendo desde que era un niño y es una imagen que ya nunca conseguiré sacar de mi cabeza.
