Todas las aficiones del mundo pasan malos momentos y todas, más o menos, son sufridas o sufridoras. Pero hay algunas que se llevan la palma.
La del Atlético de Madrid, por ejemplo, eso lo sabe cualquiera. Y hay otras que no es tan sabido por pertenecer a un club modesto que no ha estado (todavía) en Primera División, y esa es la del Cartagena.

Sus desventuras han dado para escribir algún libro y todo. Y, pese a ello, siguen apretando los dientes, enarbolando la bandera blanquinegra y gritando «Efesé, Efesé» por los campos de España.
Ese día fue en el Ramón de Carranza. Y le ganamos al Cádiz.