La palabra copela, existe, como Teruel, vaya que sí, aunque no es de uso corriente.
Se refiere a un vaso en forma de cono truncado, que se utiliza para trabajar y purificar los minerales de oro o plata, y como curiosidad añadida tiene que está hecho con ceniza de huesos calcinados. Es de suponer que no serán humanos, claro.
Pero en Cartagena, tan dados que somos en darle pescozones al diccionario y desconcertarlo, a él y quienes nos oyen, le cambiamos el significado.

Aquí, un copela es un sordo, o al menos un poco teniente, duro de oído. ¿Por qué? Ah, ni idea. Eso se me escapa, como tantas otras.