Y ahora, el segundo

CARTAGENHABLA

Cuando escribí mi primer libro sobre el habla de los cartageneros, decía en él que podría (¡horror! ) sacar un segundo.

Aquella amenaza, que era una simple broma, con el tiempo se ha convertido en realidad. Pero no ha sido por maldad, sino como como algo necesario.

Quedé más o menos satisfecho en cuanto a la cantidad de vocablos típicos cartageneros recogidos en el libro, pero… Pronto empezaron los cartageneros bordesicos a decirme “t’as dejao esto”, “se t’a olvidao aquello”… Y era verdad.

Me puse a recoger esos olvidos y lo que ocurrió fue que, revisando ahora ya a fondo, para evitar que viniese un malafollá a sacarme los colores, fueron surgiendo palabras icues que, de tan olvidadas y lejanas que estaban, ni yo mismo conocía.

Este libro tiene una diferencia con respecto al anterior y es que, aunque todavía aparecen palabras de uso común en la ciudad trimilenaria y su campo, son menos que en el primero. Y. sin embargo, aparecen más de esas “raras” que uno se pregunta “¿pero esto qué es?”.

Puedo prometer y prometo que no me he inventado ninguna. Y puedo confesar y confieso que, si bien, lo que aparecía en el primer libro me lo sabía casi de memoria, lo de este he de consultarlo para poder hablar de él.

Ahora que, si nos ponemos a leerlas y utilizarlas de nuevo, a lo mejor conseguimos resucitarlas. ¿Que no? Sujétame el cubata.

En esta ocasión, el libro no estará en librerías, sólo en Amazon.

Aquí os dejo el enlace por si alguien quiere verlo (y si lo compra, mejor)

¿Y por qué no en una editorial?

Mi experiencia no ha sido positiva con las editoriales en el primer libro y, al hacer el segundo, después de varias tentativas, me decidí por hacerlo con Amazon, que tiene sus ventajas y sus inconvenientes, como es natural. Pero, para mí, las ventajas eran mayores. Del primero, por ejemplo, ni siquiera sé cuántos se han vendido ni he visto un euro por ellos.

¿Habrá más libros?

Seguramente sí, estoy escribiendo un tercero, aunque ya no será sobre el habla de Cartagena, pero sí sobre mi ciudad. Como eso será dentro de un tiempo, quizás se me haya pasado el cabreo y vuelva a alguna editorial. Ya veremos.

Mi primer libro

‘HABLANDO EN CARTAGENERO’, el libro estrella de MALBEC que se estrena en el TEATRO ROMANO

diciembre 31, 2024

La última publicación editorial del año será el libro referente en la comarca de Cartagena durante el 2025 de la mano de su autor: J.F. Martínez López

Dentro de nuestra CARTAGENA COLECCIÓN, llega a las librerías de toda España y parte de América Latina un libro que deberá ser un referente en gran parte de la región de Murcia. Nos referimos a ‘HABLANDO EN CARTAGENERO’, una obra ilustrada a todo color y a gran formato creada, diseñada, ideada y desarrollada en su plenitud por J.F. Martínez López.

La editorial MALBEC ha respetado en todos sus puntos y comas esta creación literaria y visual como no podía ser de otra forma. “Esta publicación es única y apasionante por ello, por vez primera, la hemos publicado con un formato extragrande y una calidad de impresión únicas que harán de este libro algo único para nuestros lectores”. Así lo afirma con rotundidad el editor y periodista Javier Salinas Ramos.

Presentación: sábado, 4 de enero

Con motivo de este lujo literario, su estreno y presentación se harán por todo lo alto. Será el próximo sábado, 4 de enero, a partir de las 19:00 horas, en el salón de actos del Teatro Romano de Cartagena. El autor firmará ejemplares que se venderán in situ con un descuento único y especial para la ocasión. Por ello, y solo este día, los ejemplares firmados por el autor se pondrán a disposición de lector por solo 20 euros.

El acto, que se prevé multitudinario, será totalmente gratuito hasta completar aforo. Además de su autor, estarán presentes en el evento el editor Javier Salinas Ramos, el empresario y promotor cultural de Cartagena (y en particular de este libro), Tomás Martínez Pagán, y Joaquín Alcaraz Piñonero, profesor e historietista.

SINOPSIS hablando cartagenero

La forma de hablar de los cartageneros ¿es un idioma, un dialecto, una lengua? Pues en cartagenero se diría que es indiculiebre, o sea, ni perro, ni gato, ni liebre. Es simplemente un modo peculiar de hablar, cada vez más escaso, por cierto, que tiene algunas palabras propias (pocas) y otras que comparte con otras regiones de España por cuestiones geográficas o históricas.

Este libro que tiene en las manos no es el primero que recoge algunas muestras de ello. Tampoco es un trabajo exhaustivo, contiene solo algunos ejemplos, cerca de los tres mil, pero tiene la peculiaridad que también lleva dibujos y fotos del autor, lo que lo hace más fácil -o lo intenta- de leer y digerir. Es un libro de consulta que se puede abrir por cualquier parte y no hace falta seguir un hilo. El autor, Jotaefe, ha pretendido que sea ameno. Si no lo consigue, siempre habrá algún cartagenero bordesico que diga “era su abuelo el que sabía”.

Es el primer libro de Jotaefe. Hace mucho tiempo empezó a tomar notas y hacer dibujos, sin ninguna otra intención que disfrutarlo para sí mismo, no tenía intención de hacer libro alguno. Pero un buen amigo, Loren, del que hay un prólogo, lo convenció y entró en trombolina, que en cartagenero es ponerse en marcha con vigor y decisión. Ediciones Malbec le echó reaños y aquí está.

Si quiere saber el significado de esas y otras muchas palabras o frases, va a tener que comprarlo. O se va a quedar llampando.

Sobre JOTAEFE

José Francisco Martínez López. Cartagena de España (1954). Trabajó en la E. N. Bazán desde los 21 años hasta su jubilación. Antes, a comienzos de los 70, trabajó en la Escuela de Minas, y allí, en una revistaba que editaban los alumnos (“Micomex”) comenzó a firmar sus dibujos como Jotaefe. Así le llaman todavía la inmensa mayoría de sus amigos. Estudió bachillerato superior en los Institutos Jiménez de la Espada e Isaac Peral, pero no pudo ir a la Universidad, había que ponerse a currar.

Como tantos españolitos de antes, sacó adelante a su familia con pluriempleos. Fue autónomo, trabajó en una agencia de publicidad muchos años, fue comercial, diseñador, relaciones públicas y trabajó para la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Cartagena.

Ya por afición, colaboró en programas de radio muy diversos en RNE (antes RadioCadena y, antes, Radio Juventud), luego en la SER, La Unión Radio 8, Radio Mar Menor. Fue profesor de yoga y de astrología.

Ganó el concurso de carteles de Semana Santa en 1990. Colaboró con chistes gráficos en “La Prensa de Cartagena”, las revistas “Dársena”, “Mastia”, “Chistes y Pasatiempos”, los libros de deportes “Fútbol Cartagenero”, el diario digital “Sportcartagena”, donde aún sigue ilustrando las aventuras del Efesé, y algunas otras cosas menudas. 

Le gusta el dibujo, la fotografía, el cine, la música, los perros, los gatos y leer. Sobre todo, leer. Cuando fue al colegio por primera vez, ya sabía leer, había aprendido en los tebeos, que eran su pasión. Hoy, además de libros, sigue leyendo tebeos. Con 70 años. Y no le da vergüenza.

Lo que más quiere, después de su familia es su tierra, Cartagena. A ella y a su peculiar habla está dedicado este libro, que es el primero que saca. Están intentando convencerlo de que también sea el último, pero, de momento, no hay nada seguro. Es muy camoto.

Etiquetado Cartagena Colección, cartagenero, diccionario cartagenero, editorial Cartagena, Hablando en cartagenero, J.F. Martínez López, Jotaefe, MALBEC CARTAGENA.

Elecciones en una Cartagena paralela

¿Han oído hablar de los mundos paralelos? No creemos en ellos pero son como las meigas, haberlos haylos.

El próximo día 28 hay elecciones municipales en la Cartagena de Levante de esa otra dimensión y también hay candidatos paralelos. Ojo, he dicho paralelos, no para lelos.

Este blog ha conseguido, como primicia (paralela) información de esos candidatos. Y cualquier parecido con los de aquí, con los del mundo real, es pura coincidencia.

Matrioshka

Es la candidata prosoviética, o soviética, directamente. Viene envasada como las muñequitas rusas llamadas matrioshkas que van unas dentro de otras. Tiene el envase de Lenin, y dentro está el de Stalin, luego sale Maduro y dentro del todo está la candidata. Se camuflan, pero al final se les ve el plumero.

Matrioshkas

Citizen

El candidato Citizen se ha equipado de Sherlock Holmes para buscar su voto. No un voto, sino el voto. Porque le han dicho que, al menos, tiene uno. Alguien de su familia que le quiere mucho se lo ha prometido, y él anda buscándolo. Quiere tener, al menos, uno.

Citizen

Meles Meles

Puede resultar raro el nombrecito, pero los científicos son así y es como llamaron al Tejón. La candidata Meles Meles anda enfrascada excavando galerías, ya que es donde más cómoda se encuentra. Allí abajo, a oscuras, lejos de miradas indiscretas es donde se hacen los pactos, alianzas y conspiraciones con mayor comodidad.

Meles Meles

Barbanegra

Es miembro de la tripulación que más botín ha conseguido en toda Europa, tras sus muchas operaciones. No se sabe bien dónde lo esconden. Dicen que en Panamá, Gibraltar, Baréin, Barbados,… Sea donde sea, será un paraíso fiscal. De paraísos ellos (Piratas Sanguijuelas Orates Escornacabras) entienden un montón. Y esté donde esté el botín, estará marcado por una X.

Barbanegra

Doña Sardina

Como se dice en otra parte de este blog, se ha sabido que alguna sardina que otra, aunque nazca en el mar, también puede marcharse a vivir en el río, donde llega a alcanzar el tratamiento de Doña Sardina y luego, cuando ve la oportunidad de seguir medrando, es capaz de metamorfosearse en otras especies, aladroques, por ejemplo, y volver a casa, por convocatoria electoral, e intentar poner sus huevos. O huevazos.

Doña Sardina

Doctor Nefario

Hay un político, a nivel nacional, al que todos sus rivales y la prensa en general, se empeñan en presentar un día sí y otro también como un Villano. Lo que ocurre es que su crecimiento en votos nos dicen que es Nuestro Villano Favorito. El Doctor Nefario, ayudante del villano, se presenta candidato a la alcaldía de la Cartagena paralela. Y lo hace con sus inventos e ideas extrañas, extrañísimas. Como son la familia tradicional, el sexo binario, la patria, el trabajo y la meritocracia… en fin, un auténtico despropósito.

Doctor Nefario

Superlópez

Decía alguien que «los enanos atacan en grupo y por la espalda». Nuestro superhéroe ya sabe lo que es eso porque ha sufrido esos ataques traicioneros de todos contra él. Pero no se arredra y vuelve a la carga. Todos le temen. Y es que, como cada superhéroe, tiene un superpoder. En su caso es el de TIRAR DE LA MANTA.

Superlópez tirando de la manta

El día 28, que Dios reparta suerte. Y que no haya pucherazo, como parece que está habiendo ya con el voto por correo en algunos sitios.

¿Murciano? no, gracias

Cartagena es una de las ciudades más «españolistas» que hay, por no decir la que más. No tengo ningún comité fantasma de expertos (como otros) que avale tal afirmación. Sólo las muchas encuestas realizadas, aunque no tengan valor científico, y lo que veo y siento desde que nací, y de eso hace ya muchos años. Demasiados, quizás, dicen mis huesos. Este sentimiento tampoco tiene valor científico, ya lo sé. No hace falta que me manden un factcheker de estos que han creado para torcer los resultados al gusto de los mandamases.

Y al miso tiempo que una de las más «españolistas» es la menos murciana o murcianista que hay. Y tampoco necesito estudios de ninguna universidad para estar convencido de ello.

De otra parte es sabido de todos (aunque algunos no lo aceptarán nunca) que la comunidad de la región de Murcia es la que tiene menos arraigado el sentimiento de tal región. Y no es extraño para un territorio que fue creado a martillazos, de la nada, porque había «café para todos» y se generaban un montón de poltronas con sus correspondientes sueldos.

Hubo que buscar en el baúl de los recuerdos y encontrar algo que justificase una bandera, un escudo, y hasta una historia.

Yo, personalmente, no soy murciano. Bueno, sí, ya sé que en algún sitio, administrativamente, dice que pertenezco a la región de Murcia y, por tanto, soy murciano (je). Pero también lo eran hace años los albaceteños, cuando la región de Murcia la formaban Murcia y Albacete. Ahora, los de Albacete son castellano-manchegos. Los cartageneros, en tiempos, fuimos castellanos, cuando Cartagena era el «portillo de Castilla». Hoy, no. ¿Qué seremos mañana? Chi lo sa…

Pero no hay que fiarlo todo a los sentimientos. También hay motivos históricos, sociales, económicos, (uy, los económicos…) que potencian y justifican ese poco apego al murcianismo. Los datos que siguen corresponden a 2016. Desde entonces han aumentado los motivos, pero con estos son suficientes para hacerse una idea.

Deuda histórica y agravios presupuestarios

El Campo de Cartagena representa el 16% del territorio regional, posee el 26% de la población autonómica y genera el 33% del PIB, pero recibe menos del 8% de las inversiones, según estudios recientes de la UMU y la UPCT.

Desde que se creó la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, el 74% del presupuesto autonómico se invierte cada año en Murcia capital, siendo el restante 26% repartido entre los demás municipios, entre los que Cartagena recibe entre el 4 y el 8%. Asimismo, la ciudad de Murcia concentra el 48,68% de los equipamientos de la Región.

A esta deuda histórica hay que añadir una serie de agravios consentidos, creados o fomentados por los sucesivos gobiernos regionales, tanto de los del capullo como los de la gaviota ¿o era un charrán?

Administración del capullo y el puño (1982-1995)

  • Cierre del Banco de España en Cartagena y traslado de los servicios a Murcia.
  • Cierre de la fábrica de cervezas el Águila.
  • Cierre de Peñarroya, Fertilizantes, Española del Zinc y la Sierra Minera.
  • Cierre de la plaza de toros de Cartagena -la tercera más antigua del país- con el fin de sacar a la luz los restos del anfiteatro romano. 30 años después nada de esto se había hecho aún. Ahora (2023) ya hay actividades que, ojalá, tengan futuro fructífero no muy lejano.
  • Traslado a Murcia de la Delegación de Tabacalera.
  • Traslado a Murcia de la delegación de Correos y su gestión comercial.
  • Traslado a Murcia de los servicios del puerto y aduanas del Puerto de Cartagena. ¿Aduanas a 50 kilómetros del puerto? Only in Murcia.
  • Traslado a Murcia de los servicios de Telefónica.
  • Traslado a Murcia de la terminal ferroviaria de contenedores.
  • Traslado a Murcia de los servicios de defensa.
  • Traslado a Murcia de la delegación de distribución de prensa.
  • Traslado a Murcia de la Delegación del Centro Farmacéutico de Cartagena.
  • Pérdida del Aula de Magisterio.
  • Pérdida de la Escuela Regional de Hostelería.
  • Construcción en 1998 del Auditorio y Palacio Congresos de Murcia íntegramente con fondos regionales. El Palacio de Congresos de Cartagena se construyó 12 años después con fondos exclusivamente locales.
  • Construcción en 1994 del Palacio de Deportes de Murcia también con fondos regionales. El de Cartagena, esta vez sí con financiación del gobierno regional, se inauguró con muchas dificultades y deficiencias iniciales y por la determinación del alcalde Pepe López, de MC.
  • Paralización de la ampliación de los juzgados y desarrollo de la Ciudad de la Justicia de Murcia.
  • Paralización de la ampliación del FEVE a Cabo de Palos y el Mar Menor.
  • Desvío de la autovía del Mediterráneo por Murcia y el interior de la región, evitando su paso por el litoral mediterráneo, Cartagena y su comarca.

Administración de las gaviotas o charranes (1995-….)

  • Pérdida de Parque Tecnológico, trasladándolo a Fuente Álamo e incumpliendo su aprobación por la Asamblea Regional para Cartagena.
  • Mantenimiento de una única comisaría de Policía Nacional -con una de las mayores listas de espera de España- frente a la tercera comisaría inaugurada en Murcia capital.
  • Traslado a Murcia del Instituto Anatómico Forense.
  • Supresión del Departamento Marítimo del Mediterráneo, del que Cartagena era su capital.
  • Traslado de la Delegación Provincial de Cultura desde Cartagena a Murcia.
  • Cierre de la cárcel de San Antón, y traslado de las infraestructuras y servicios carcelarios a Murcia, acabando con una tradición muy antigua, ligada a la historia militar de la ciudad.
  • División de la comarca histórica del Campo de Cartagena, con la creación de la imaginaria comarca del Mar Menor. (Divide y vencerás)
  • Construcción de un nuevo recinto ferial en Murcia para competir con el actual Recinto Ferial Regional IFEPA de Torre Pacheco.
  • Pérdida del Foro Euromediterráneo.
  • Agresiones culturales a Cartagena través de libros de texto oficiales. (1) Esto del adoctrinamiento requiere una entra aparte en el futuro.
  • Traslado del consulado francés a Murcia.
  • Incumplimiento de la ley 5/1998 de creación de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), por la que todos los centros de enseñanza universitaria de Cartagena adscritos a la Universidad de Murcia estarían adscritos a la nueva UPCT.
  • Cierre del Centro Histórico•Fotográfico de la Región de Murcia (Cehiform), situado en Cartagena y traslado a Murcia. Los fondos documentales más importantes proceden de colecciones de Cartagena, con 20.000 fotografías, frente a las 13.000 restantes que son del resto de la Región.
  • Traslado del Aeropuerto de San Javier a Corvera, en el municipio de Murcia. Así, el Campo de Cartagena perdió esta infraestructura y los puestos de trabajo asociados.
  • Décadas de retraso en la descontaminación de la bahía de Portmán y la Sierra Minera de Cartagena y La Unión.
  • Supresión de algunos servicios ferroviarios con Madrid y Barcelona y traslado a Lorca del servicio Cartagena-Montpelier, sin servicio de cercanías entre Murcia y Cartagena y con una red obsoleta sin electrificar.
  • Boicot por parte de la UMU para la implantación de la UCAM con Medicina en Cartagena y beneplácito cuando quiso instalarse en Murcia.
  • El área de salud de Cartagena, con 2,2 camas por cada mil habitantes, siendo la media regional de 3,15 camas, ve como la Consejería de Sanidad cierra el Hospital Naval, y luego el Hospital del Rosell. Única ciudad con el cierre de dos hospitales. Este cierre no fue definitivo por la respuesta popular y quedó a medio gas para poner tiritas y poco más. Pero no se puede decir que esté cerrado.
  • Traslado a Murcia de la carrera Solar Race, cuya sede desde su creación ha sido el Circuito de Cartagena al tratarse de una carrera con prototipos fabricados por ingenieros de la UPCT. Inexistencia de ayudas regionales a este circuito por no estar en la capital.
  • Jefatura de Tráfico traslada a Murcia la gestión de trámites administrativos.
  • El tercer Juzgado de lo Mercantil a crear en la Región estaba comprometido con la Ciudad de Cartagena y solicitado por unanimidad del Pleno de la Asamblea Regional, pero se va a Murcia.
  • El Corredor Mediterráneo no pasará por Cartagena. Es decir, la ciudad con uno de los puertos más importantes de Europa, se verá aislada de la principal vía de comunicación en favor de Murcia, localidad que no es costera ni portuaria.
El Corredor Mediterráneo se salta únicamente la ciudad costera de Cartagena, en beneficio ¿de quién?

Podríamos seguir con el Mar Menor, la cueva Victoria, el monte Miral, las Torres Vigías, los molinos de viento, pero ¿para qué? Todo eso cuesta dinero. Y esos recursos los necesitan en la ciudad de Murcia.

¿Murciano yo? No, gracias.

Cartagenero, español y punto.

Carthago Nova

Película

PREMIOS GOYA 2012: FINALISTA MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN

Carthago Nova es un largometraje de animación digital que a través de una trama y unos personajes de ficción nos transporta al siglo I. d.C. y nos permite descubrir una de las ciudades más importantes de Hispania.

Conociendo Cartagena un poquico

Un video, con algún tiempo ya, pero muy bien hecho y que merece la pena ver de nuevo.

Gracias, Nautalia.

Imagen

Feliz Semana Santa cartagenera

Van Gogh en Cartagena

Érase una vez que el bueno de Van Gogh, Vicentico para los amigos, pasó por Cartagena y se fue a ver el faro de Navidad y, una vez allí, agarró el pincel y dale que te pego, reflejó así uno de los faros más bonitos del Mediterráneo.

El Faro de Navidad, según Van Gogh

Que conste que todo esto es mentira, la foto-pintura es mía, no de Vicentico, y todo es una fantasía que me he montado yo.

No sea que luego vengan los verificadores de la verdad (fact checkers) esos que se han inventado y pagan la gentuza del Nuevo Orden Mundial y me quieran cerrar el blog.

Y tampoco es eso.

Cartagena, mon amour

No estoy orgulloso de ser cartagenero, porque no es mérito mío. Me «nacieron» aquí.

Cartagena de Levante. Tres mil años de historia.

Pero contento sí que lo estoy de haber nacido en Cartagena, porque tuve suerte, una inmensa suerte. Y agradezco esa suerte, porque, como dice el refrán es de bien nacidos ser agradecidos.

¿Por qué Cartagena se llama Cartagena?

Por qué Cartagena se llama Cartagena es algo que puede parecer curioso, apasionante, previsible…, pero nunca casual. Las cosas no suelen ocurrir por casualidad y los nombres propios de los lugares o toponimias, menos.

Nombres de Cartagena

Hace tiempo escribí una entrada a medio camino entre la historia y la mitología que se llamaba Cartagenas y Carthagos en el mundo. En ella relacionaba algunos de los nombres de mi ciudad, ahora me extenderé más en ello.

Toponimia curiosa

Volviendo al principio, los nombres propios pueden resultar curiosos, interesantes, pero nunca causales. Nunca es «porque sí». Veamos algunos casos.

  • Hay muchos pueblos, grupos de individuos o lugares que significan -en sus respectivas lenguas- «la gente». Ellos se consideran a sí mismos, la gente. Por ejemplo Canadá significa eso precisamente: «la gente».
  • La localidad de Palo Alto en California debe su nombre a una secuoya gigantesca que era lo primero que divisaban los españoles cuando volvían de Filipinas por la ruta del famoso Galeón de Manila. Y era lo primero que veían porque la tierra es redonda, mal que les pese a los terraplanistas.
  • La península del Yucatán se llama así debido a un malentendido muy gracioso. Cuando los conquistadores españoles llegaron le preguntaron a un indígena cómo se llamaba aquello. Lo que -seguramente- le respondió el inca en su lengua fue «Ma’anaatik ka t’ann» que viene a significar «No te entiendo». Pero aquello, que sonaba algo así como «Yucatán», fue lo que entendieron como nombre del lugar.
  • Paraguay significa «gente nacida a lo largo del río»
  • Uruguay equivale «río de pájaros», etc.

Y ahora vamos con Cartagena.


Muchos fonemas en diferentes idiomas significan precisamente ciudad. MAST era uno de ellos entre los pueblos iberos que habitaban las península. Si recordamos lo que simboliza el escudo de Cartagena: una ciudad, una fortaleza sobre unas rocas, una península. De ahí que ese MAST, pasase a ser MASTIA, la ciudad, por antonomasia. Y que los pobladores de ella y de sus alrededores fuesen llamados mastienos.

Hay otro nombre que se refiere a Cartagena y que (dicen) aparece hasta en la Biblia. Esto está un poco traído por los pelos pero yo lo pongo porque no cuesta dinero y a la vista de las salvajadas que hacen con la historia los nacionalistas, esto es una cagadita de rata en el arroz, además de que no afirmo que sea verdad, es solo un purparler. En la Biblia aparece una tal Tarsis. Y a Cartagena dicen que también la llamaban MASTIA TARSEION.

La justificación de esto está en que TARTE es una raíz que significa «recinto acotado o amurallado» y el término semítico RSSS es equivalente a «fundir». Pues listo, como aquella ciudad nuestra era rica en metales, especialmente plata, pasó a ser Mastia Tarseion, la Ciudadela de la Fundición, y de ahí a ser la Tarsis bíblica hay un paso.


Según parece, los mastienos eran muy antiguos y cuando comenzaron a pulular por allí una tribu ibera más moderna, los contestanos, absorbieron a los mastienos, la ciudad pasó a llamarse CONTESTANIA. Pero aquello duró menos que un abrazo de suegro.


Por aquí pasaron, pero lo que se dice pasar literalmente, haciendo negocio y tal con fenicios y tartesos, pero sin quedarse, los griegos. Recuerden que aquella Mastia o Contestania era una ciudad fuerte sobre una península. Eso, en la lengua de aquellos griegos masaliotas -o sea, procedentes de la colonia griega de Massalia (Marsella)- era QUERROSENIZO, eso significaba literalmente: fortaleza sobre una península. Y así llamaron a nuestra ciudad. Exactamente igual que a Peñíscola y por la misma razón. O sea que había dos ciudades llamadas del mismo modo.

Tampoco es que durase mucho aquella idea griega y QUERROSENIZO -o Cherrosenizo según otros- pasó de designar a la ciudad entera a una sola de las cinco colinas, la que era realmente una ciudadela fortificada: lo que hoy es el Castillo de la Concepción y que, sentimentalmente, todavía conserva ese nombre griego.

Querronesizo, Esculapio, Eshmún, Castillo de la Concepción (o Castillo de los Patos), que todo es lo mismo.

Llegaron después otros tipos pero, estos sí, con intenciones de quedarse, los cartagineses, que son los que, más o menos, terminaron por dar un nombre casi definitivo a la ciudad, aunque había de pasar por varias metamorfosis.

Los púnicos, al igual que los iberos, tenían una raíz vocal que significaba ciudad: QART. Y también los árabes respetaron más tarde esta voz ligeramente variada como QARTA para referirse a una ciudad, pero lo veremos después, impacientes.

Los cartagineses vieron las posibilidades que tenía aquel emplazamiento y decidieron hacerlo una de sus bases principales (si no la que más) para su expansión por Ispanna (que es como llamaron los fenicios a España, que existía, vaya si existía, o Iberia, que es el nombre que le dieron los griegos. Lo de Hispania fue un poco más tarde, cosa de los romanos).

Sigamos con los cartagineses. Pasaron de otros nombres previos, y el jefe de la cosa, Asdrúbal Barca, llamado también Asdrúbal el Bello, la refundó en el año 227 antes de Cristo y a aquella nueva ciudad la llamó QART HADASTH, o sea, Ciudad Nueva. Podría ser bello pero, imaginativo, lo justo.

Asdrúbal el ¿bello?

Los griegos, que seguían pasando para arriba y para abajo con sus bisnes, tradujeron aquello a su lengua y la llamaban o bien KAINÉ POLIS, o KARJEDON NEA. Negocios, muchos, pero cero complicaciones.


Lo de los cartagineses estuvo bien y fue intenso, pero duró poquito. En el 209 a.C. (Significa antes de Cristo. Lo aclaro porque como a los progres le da sarpullido nombrar a Cristo, ahora empiezan a llamarla «era Común»). Bueno, 209 antes de Cristo llegó Escipión el Africano y aquello dejó de ser cartaginés y pasó a ser romano.

Aunque Carthago fue la bestia negra de los romanos y enemigo a muerte, estos no perdieron el tiempo en borrar nombres ni hacer leyes de memoria histérica de esas ni nada. La llamaron CARTHAGO NOVA, la nueva Carthago. Toma ya. La llamaron eso y más cosas, pero siempre respetando el Carthago. Dado que era una fuente de materias primas valiosas como el esparto, la plata o el escombro, la llamaron CARTHAGO SPARTARIA (especialmente los romanos bizantinos), CARTHAGO ARGENTARIA y CARTHAGO SKOMBRARIA, según lo que estaban esquilmando para llevarse a su tierra. Y todavía no nos han pedido perdón, los tíos.

(Aclaración: el escombro no se refiere a lo que abunda ahora en el casco antiguo de Cartagena; es como se llama también a la caballa, que abundaba en estas aguas y dio nombre a nuestra querida isla de Escombreras. Con la caballa y otros pescados se hacía el famoso garum, en el que éramos primera potencia mundial, por mucho que le pese a Cádiz)


Se fueron los romanos porque llegaron los bárbaros -la cosa es un poco más compleja, pero hay que aligerar o nos darán las uvas, además, los romanos van a volver enseguida, ya verán.

Alrededor del año 500 d.C. (no era Común, no; después de Cristo) estaban por aquí los visigodos. El Imperio Romano se había dividido en dos y el de Occidente había caído. Sólo quedaba en pie el Imperio Romano de Oriente, o sea el de Bizancio o los bizantinos. Aunque ellos nunca se llamaron a sí mismos de este modo. Siempre se llamaron romanos.

El caso es que lo visigodos, después de haber echado a los vándalos, por ser eso, unos vándalos, y mandarlos a África, se habían quedado afincados por aquí. Pero, o no todo el mundo estaba contento con ellos y echaban de menos a los romanos, o es que los romanos (de Bizancio) echaban de menos su imperio de Occidente y habían decidido recuperarlos. El caso es que desembarcaron en la península. ¿Adivinan por dónde? Exacto: Por Carthago Nova.

La Spania de Bizancio.

Aquella provincia se llamó Spania -aunque, recuerden, España no existe o la inventó Franco- y Charthago Nova fue su capital. (¡Cartagena capital de España!) Utilizaron el nombre de CARTHAGO SPARTARIA del que hemos hablado antes y también el de CARTHAGINEM. Cosas de la lengua, esa «m» final del acusativo no se pronunciaba y además el acento estaba en la segunda a. Sonaba así como «Cartágena». Ya nos vamos acercando al nombre actual, aunque todavía falta un poquito.

Aquella Spania bizantina no duró demasiado. Aunque en el 565 estaba en todo su esplendor, Los visigodos fueron recuperando terreno y terminaron por echar definitivamente a los romanos (bizantinos) en el 624.

A los cartageneros no les fue muy bien aquello. Al rey godo Suintila le sentó muy mal la chulería de que Carthaginem hubiese sido la capital de Spania y pasó el rodillo. Parecía como si hubiesen pasado los hinchas británicos después de ganar la Champions League. Dejó alguna piedra sobre piedra, pero pocas, muy pocas piedras.


Llegaron los musulmanes después de derrotar a Don Rodrigo con la ayuda de algunos traidores (costumbre de la casa) y cuando llegaron por estos lares se encontraron poco más que un solar.

Cartagena fue poca cosa durante la dominación árabe, algo más que un poblacho. La llamaron ALCHERONE y al puerto, que había quedado separado de la ciudad, lo llamaron DOBEA. Después, con el tiempo cuando supieron lo que había sido en el pasado, y tomaron conciencia de que era la heredera de la Carthago de África, la llamaron QARTAYANNAT.

Ya les decíamos antes que la raíz QARTA era ciudad. Pero ¿y YANNAT? Hay teorías (poéticas) que dicen que viene de GENNA (paraíso), y que hablaría de una ciudad que era como el paraíso por su belleza, condiciones agradables, etc. Y el caso es que antes acabo de decir que era poco más que un poblado. Sí, pero es que la poesía tiene sus licencias. Además, es que los árabes tenían tres QARTAYANNAT y tuvieron que ponerles apellido para distinguirlas.

Estaba la QARTAYANNAT FRIQUIYA, que era la Carthago de Túnez, la QARTAYANNAT AL YAZIRA, que era la actual Algeciras, y la QARTAYANNAT AL HALFA (que significa la Espartaria, como decían los romanos), esa era la de la Cora de Tudmir, o sea la Cartagena actual.

A mí me llaman Jotaefe porque José Francisco le resultaba a mucha gente demasiado largo. Quizás por la misma causa Qartayannat Al Halfa fue dejando paso a Qartayanna o Cartayanna.

Ánimo que ya llega la Reconquista y encontraremos nuestro nombre definitivo. Más o menos.


Cuando llegaron las fuerzas cristianas a la que entonces era Cartayanna, fue el rey Alfonso X el Sabio el que la llamó Cartageña o Cartagenia, ya que el sonido era el mismo. Poco a poco, con la ciudad ya perteneciendo al reino de Castilla (fuimos algún tiempo «El portillo de Castilla», o sea el puerto por el que asomaba Castilla al Mediterráneo) y el nombre empieza a aparecer como Carthagena, con una «h» de quita y pon, que todavía usamos (o no) cuando hablamos de fútbol y vamos al estadio Carthago Nova.

El caso es que la h del nombre oficial se perdió un buen día y desde entonces hasta hoy somos Cartagena. Pero no se vayan, porque todavía hay más.


Cuando comenzó la conquista de América y el Pacífico por parte de España, o del Imperio Español, como gusten, también empezaron a brotar Cartagenas y Carthagos por el mundo.

Y hubo una hija que se fue haciendo mucho más grande (y todavía lo es) que la madre. Era la Cartagena que hay en Colombia, que fue el principal puerto de envío de mercancías a la metrópoli. Era tan rica que los ingleses la ambicionaban y allí fue donde hicieron el ridículo ante Blas de Lezo, sufriendo la mayor derrota de su historia.

Pero estábamos hablando de que había muchas Cartagenas y aquella se confundía con esta. De modo que la de allá del otro lado del charco, fue bautizada como Cartagena de Poniente, y la de acá, lógicamente, como Cartagena de Levante. Los lugares de salida y puesta del astro rey dieron los nombres.

Después se vio más conveniente llamar a aquella CARTAGENA DE YNDIAS, puesto que era, de facto, la capital de las Indias aquellas que afanosamente buscaba Colón.

Y aquí nos quedamos con CARTAGENA a secas o, cuando hace falta, aclararlo, todavía utilizamos lo de CARTAGENA DE LEVANTE.


Ahora sí hemos acabado. Solamente me queda un agradecimiento que hacer. Una parte importante de lo que hay en esta entrada lo aprendí de D. Juan Soler Cantó, fallecido en 2004, médico, historiador y autor de innumerables libros sobre Cartagena y que, en la Navidad de 1998 tuvo la amabilidad de regalarme y dedicarme su «Historia de Cartagena».